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Corrupción del Alcance


Por Pablo Lledó [acerca del autor]


Basado en una historia real

Hace 400 años existía un Rey muy poderoso en Suecia denominado Gustav II, quien se encontraba en plena guerra contra Polonia en el mar Báltico. El Rey necesitaba urgente reforzar su flota de barcos de guerra, por lo que contrata al experimentado Herr Hendrick para que construya un barco tradicional de 108 pies de largo con una hilera de 32 cañones. Hendrick había construido varios barcos con esas especificaciones, por lo que todo estaba bajo control y en un plazo estimado de dos años el barco estaría listo para la guerra.

Sin embargo, algo le olía mal a Hendrick, ya que a pesar de la urgencia que tenía el Rey, permanentemente le solicitaba algún cambio en el proyecto. Luego de varias idas y vueltas, el Rey aprueba el diseño final del barco denominado Vasa y otorga a Hendrick la principal materia prima para empezar con la construcción del barco: un bosque de 1000 robles.

A los pocos meses de comenzado el proyecto, la marina Sueca pierde diez barcos en una fuerte tormenta, por lo que el Rey llama a Hendrick y le dice: Ya que estamos en este proyecto, debes acelerar la finalización del mismo y puedes utilizar el presupuesto adicional que sea necesario.

Hendrick ajusta la planificación y sus recursos para acelerar el proyecto y a los pocos meses vuelve otro requerimiento del Rey: “Mira Hendrick, lo estuve pensando bien y además de que aceleres el proyecto… Ya que estamos, debes hacerlo más grande, por lo menos de 120 pies, para que podamos incluir más cargamento bélico”.

La cosa se estaba poniendo complicada para Hendrick, porque no habían realizado ese tipo de barcos previamente y en esa época no existían simuladores con cálculos matemáticos como para agrandar el diseño de un barco de un día para el otro. Como si eso fuera poco, los materiales disponibles no alcanzaban para construir un barco tan grande. Hendrick convence al Rey de que la única forma de hacer rápido ese proyecto sería con un tamaño máximo de 111 pies. Si bien el Rey no queda conforme, aprueba ese nuevo alcance del proyecto.

Hendrick y su equipo estaban contentos porque habían terminado la quilla para el barco de 111 pies en tiempo record. Sin embargo, apareció su apreciado Rey y le dijo: En Dinamarca están construyendo un barco más grande que el nuestro y además tiene doble hilera de cañones, asique ya que estamos, quiero que el nuestro sea como ese.

Hendrick estaba desesperado, le estaban pidiendo algo que iba en contra de las leyes de la física, no tenía materiales, ni planos, ni especificaciones técnicas, ni experiencia en ese tipo de barcos, ni tiempo. Negoció con el Rey que para agrandar el proyecto, tenían que utilizar madera que estaba reservada para otro barco. El Rey autorizó ese nuevo presupuesto para agrandar el barco a 135 pies, aunque hubiera sido más simple cortar un nuevo bosque en lugar de reasignar los recursos de otro proyecto.

El equipo de construcción ya había crecido considerablemente, eran más de 400 personas trabajando en el proyecto más grande de la historia de Suecia. Cuando ya habían avanzado bastante con la ampliación del Vasa a 135 pies, el Rey le dice a Hendrick: “Una cosita más que me olvidé de mencionar… Ya que estamos, quiero que en lugar de 32 cañones, le hagas espacio para que entren 36 cañones en las 2 hileras, más otros 12 cañones pequeños, más 48 morteros y otras 10 armas de menor calibre.” Hendrick estaba a punto del paro cardíaco, todos esos nuevos requerimientos sobre la marcha cuando no tenían tiempo. Pero Hendrick comprendía que a su Rey siempre hay que complacerlo.

Por suerte el presupuesto no era una limitación, así que Hendrick le busca la vuelta para acomodar todos esos nuevos requerimientos. Luego de varios meses de trabajo, ya faltaba muy poco tiempo para cumplir con la fecha que quería el Rey, el proyecto tenía un buen grado de avance, pero una vez más interfiere el Rey en el proyecto: “Hendrick, estoy muy contento con los avances… Pero ya que estamos, cambien los 36 cañones grandes y los 12 pequeños, por 64 cañones grandes para que podamos unificar las municiones”.

Al parecer el Rey no comprendía que 64 cañones grandes implicaban mucho más peso y el Vasa perdería estabilidad. La leyenda cuenta que esta fue la gota que rebasó el vaso y Hendrick no pudo contestar al Rey porque murió de un paro cardíaco después de escuchar ese nuevo requerimiento.

Por suerte, el asistente de Hendrick llamado Hein, toma las riendas del proyecto para poder complacer a su querido Rey. Hein avanza con la inclusión de los nuevos requerimientos. El costo del proyecto, debido a tantos cambios, ya estaba en las nubes y el Rey seguía influyendo para que aceleraran los plazos.

El proyecto ya estaba casi listo, pero el Rey le dice a Hein: “Nuestro barco tiene que ser mucho mejor que el de los Daneses, así que ya que estamos, tienes que agregarle 700 esculturas de bronce y las terminaciones en el calado de la madera tienen que ser superlativas”.

Lo único que había aprendido Hein en esos años es que a un Rey no se le puede decir que no y que al parecer el tamaño sí importa: si el barco es más grande, entran más armas, más esculturas, será más indestructible y por lo tanto será mejor!

El poco tiempo que quedaba para finalizar el Vasa se destinó a agregar todas esas esculturas y ornamentaciones que no tenían ninguna relación con la parte bélica; en lugar de invertir ese preciado tiempo en pruebas estructurales sobre la estabilidad del barco con todo el peso que había agregado el Rey con sus cambios de requerimientos.

Hein tenía claro que no podían navegar el Vasa sin una prueba previa de estabilidad, entonces llamaron a treinta marines para que corran de una punta a la otra del barco. Con esa simple prueba quedó claro que el barco no era estable, pero el Rey no podía esperar más y amenazó que si no terminaban todo urgente alguien saldría lastimado. Por lo tanto, nadie se atrevió a mejorar el diseño del barco para darle más estabilidad, ni siquiera sabían cómo hacerlo.

Luego de dos años y medio de construcción, finalmente llegó el gran día. El barco más moderno, suntuoso y grande de la marina sueca estaba listo para zarpar. En medio de grandes celebraciones, fuegos artificiales y varios diplomáticos extranjeros, el Vasa partió del puerto de Estocolmo con 150 pasajeros al mando del Capitán Hansson.

Sopló un leve viento que infló una de las velas, el barco se ladeó apenas hacia un costado, por lo que la primera fila de cañones tocó el agua, que comenzó a entrar por las troneras. Los tripulantes estaban desesperados y no podían frenar la catástrofe, la acumulación de agua en la bodega precipitó su hundimiento. En tan sólo 15 minutos el Vasa ya se había hundido por completo.

El proyecto más caro de la historia sueca sólo sirvió para navegar 1300 metros y mató a 53 marineros que viajaban en ese barco.

¿Quién fue el culpable? Obviamente el Capitán. Al día siguiente ya estaba preso. Por suerte, con el tiempo se hizo justicia y liberaron al Capitán Hansson, ya que quedó demostrado que hasta al más experto de los capitanes se le hubiera hundido esa porquería flotante con una simple brisa.

Lecciones aprendidas:

La presión de plazos, junto a cambios constantes de requerimientos, más la falta de especificaciones técnicas y el exceso de innovación, pueden ser una bomba explosiva! Al momento de dirigir sus proyectos sea muy cuidadoso con aceptar todos los “Ya que estamos” del cliente a cualquier costo, porque esa corrupción del alcance puede terminar con un gran fracaso del proyecto.



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